LA SIMPLICIDAD
Este fin de semana estuve de alumno en el curso de Michael Boyle (Certified Functional Strength Coach) y lo que más me sorprendió fue la simplicidad de su estructura.
Tienen un sistema de trabajo realmente sencillo y lo transmiten con igual simplicidad.
Construyen las sesiones de entrenamiento en base ejercicios básicos y para cada uno de ellos tienen sus relativas progresiones (más difícil) y regresiones.(más fácil).
Todo los ejercicios son adaptables a cualquier tipo de persona y nivel de entrenamiento y si alguien tiene dolor o una lesión lo derivan al fisioterapeuta.
Su sistema permite trabajar con grandes grupos heterogéneos de personas al mismo tiempo, dado que pueden modificar rápidamente la dificultad del ejercicio.
Son conscientes que hay otras formas de entrenar, otros ejercicios y millones de variantes de cada 1, pero ellos prefieren trabajar de la forma más simple posible, intentando incluir ejercicios que pueden realizar el 90% de la población.
«La simplicidad es la máxima sofisticación« (Leonardo Da Vinci)
A veces creemos que si hacemos ejercicios simples en lugar de elegir lo más complejos y retorcidos estamos siendo pocos creativos o malos profesionales.
También pasa en los cursos y los congresos, creemos que el ponente que menos se entiende es porque sabe mucho y no llegamos a su grado de conocimiento.
«Si no puedes explicarlo con simplicidad es que no lo has entendido bien» (Albert Einstein)
Desde mi experiencia personal, cada año intento hacer las cosas más sencillas, tanto en la práctica diaria como en mi formaciones.
Me doy cuenta con el paso del tiempo que lo verdaderamente importante no es lo que sabes, sino cuánto de esto saber consigues transmitir.
Así que la próxima vez que intentes explicar un ejercicio o dar una clase recuerda el principio KISS que aplica boyle a su forma de entrenar y enseñar:
¡Mantenlo sencillo, tonto!